Así es, ir al psicólogo es de valientes. Y nos referimos a esto no porque tratemos de dar una imagen de superioridad o fuerza, si no que, al ir a terapia estaremos enfrentando esos "demonios", "lados oscuros", "barreras emocionales" o como gustes llamarlo. Y eso implica toda la valentía posible.
Estas batallas pueden tomar bastante tiempo el ganarlas, ya que se tienen que planear tácticas de "ataque" o bien encontrar simplemente esa resolución al problema, es decir, dejar de darle la importancia o bien soltar según sea el caso. Pero recuerda, tu eres el valiente que ahora tomo la decisión de cambiar, mejorar o soltar ese pesar o pensamientos que invaden tu mente y que muchas veces logran hacernos daños físicos.
Tengo por seguro que vas a cambiar. Modificarás actitudes, hábitos e inclusive cambiara tu forma de ver a la gente y a ti mismo. Recuerda que cuando esto pase, es porque vas por buen camino. Si en algún momento sientes que no has logrado nada o que caiste en un hoyo, solo voltea por un segundo al pasado para analizar como eras y de ahí toma fuerza para seguir en el camino del cambio, porque ahí nadie te puede parar.
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